O Corpo do Coracão

Tiempo de silencio

Llueve dulcemente, cada gota de lluvia es un leve

cosquilleo en los huesos del momento.

Es tiempo de silencio, las  sombras retumban

y la aldaba recoge ecos de metal.

 

La guerra traspasa los pasadizos roncos del aliento, bordea la ausencia, la noche se hace un ovillo y cuelga del techo.

El miedo ha entrado sin llaves

a nuestras puertas. Se ha posado sin permiso

en las ramas de los árboles.

Hasta aquí ha sido fácil mirar al fondo del pozo y descartar el reflejo de las heridas, pretender que todo es armonía en la cavernosa oscuridad.

Ya no queda espacio para pretender que el odio y la guerra no existen,

ya no hay sitio en el pozo oscuro donde las arañas comen el tiempo.

Es tiempo de enfrentar la mirada del jaguar, el silencio de la muerte inmóvil,

de encontrar la paz en el corazón, y dejar que una vez por todas, las armas queden destruidas y que nadie vierta la sangre de su hermano.

Es tiempo de silencio

donde se resbalan valles y ecos, es tiempo de paz donde se inclina la ternura

en el desatino del polvo.

 

Es tiempo de silencio

en el alquiler de la desolación.

Ivonne Gordon

Ecuador

Next
Next

Eterno Peregrinaje